Apenas cumplidos los siete años, mi hijo le pidió a Papá Noel el GTA V y la PlayStation 4, porque Vegetta777 jugaba.
También pidió Minecraft Story Mode, numerosos Mods para PC, Dragon Ball, y otros muchos... porque Vegetta777 y WillyRex jugaban.
Teniendo en cuenta que sin duda estas eran sus motivaciones y no otras, como padres nos vimos obligados a tenerlas en cuenta (aunque no necesariamente a aceptarlas).
Papá Noel trajo el deseado regalo. Y con él, muchas horas de juego y muchas más horas de Youtube, para preparar lo que después se plasmaría tras el DualShock 4.
¿Fue positivo?
Indudablemente sí. Desde que la consola llegó, el niño tenía muchas ganas de algo, se interesó por un tema en profundidad como jamás había hecho hasta ahora, memorizó expresiones que no conocía para qué servían o en qué contexto se usaban, leyó libros (aunque leer hasta ahora no había sido importante para él), y aprendió comandos y usos del ordenador propios de alguien mayor que él.
También empezó a tener intereses comunes con unos pocos en clase. Esto le trajo más confianza y le ayudó a abrirse a otros. Todos los días tenía alguna anécdota que contar, algo que había compartido con alguien.
¿Se enganchó? Sí, un poco.
Pero desengancharle no es difícil con esta edad, en la que aún respeta bastante bien la autoridad. De cuando en cuando hay una riña, un problema, o usamos la consola como incentivo negativo ("si no haces esto ya, no podrás usar la consola mañana...").
¿Le dejaste jugar a GTA V, inconsciente, animal?
Vigilado de cerca, pero sí. El juego no es nada didáctico, desde el punto de vista de la crianza. Es lo peor, más o menos, del mundo de los juegos. Pero para él era motivador. Y él necesitaba motivación (todos la necesitan, especialmente los más tímidos).
Al final, no acabó siendo su juego, porque el GTA V no está enfocado en absoluto a chavales como él, aunque de cuando en cuando sigue dando algún paseo por la ciudad y pegando unos tiros. Cuando se empieza a poner un poco nervioso, es momento de terminar.
¿Es positivo? Pues mejor que se fije en otros títulos, pero desde aquí animo a desmitificar lo terrible de lo digital. Os animo, de hecho, a desmitificarlo todo. Tenemos a nuestra mano estímulos hiperpotentes y no podemos negarnos a hacer uso de lo positivo que nos ofrecen. Como otras herramientas (un martillo, un alicate) si lo usamos mal, nos hace daño. Pero bien usados, nos permite clavar y sacar clavos, sin hacernos daño. No podemos repudiar al martillo.
Por último, decir que aunque la consola está muy bien, el enfoque de Nintendo a juegos familiares parece mejor dirigido que el de Sony o Microsoft. Pero para gustos, hay colores.
Si os animáis a seguir este camino, tenéis un par de enlaces a través de los que podéis comprar esta u otras consolas. Y si queréis juego en familia, no olvidéis comprar siempre el segundo mando. ¡Hasta la próxima!
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